domingo, 4 de septiembre de 2005

Cuando los Imperios se inundan.

                            
 

 

                              El dolor en Blanco y Negro

 

 

La utilizacion politica de las tragedias no es aceptable. No lo es desde el cristal de los medios ni tampoco de las tendencias y ni siquiera del publico. Los sucesos del 11 de Septiembre en Nueva York y Washington, los atentados de Madrid y Londres, concitaron el horror de la gente y la solidaridad internacional. El gobierno de Bush, ilegitimo en su origen electoral, adquirio cierta legitimidad despues del atentado aunque su reaccion posterior fue de desatar una guerra al terror que no parecia perseguir a los culpables sino, a juzgar de los mal pensados, o bien pensados, un pretexto de dominacion sobre los recursos energeticos. En el fondo, el Gobierno de Bush hizo un mal uso de la tragedia del 11 de Septiembre y utilizo la tragedia para fines inconfesables.

Hoy, dos estados norteamericanos sufren la desvastacion de un huracan y la inundacion completa de una ciudad, Nueva Orleans, que se encuentra defendida por diques que cedieron a la presion de las aguas y cuya reparacion no fue adecuada; los fondos fueron destinados a la guerra de Irak.

El Presidente, supuesto lider de la nacion, se demoro dos dias en abandonar sus vacaciones , ignoro absolutamente los gritos por ayuda y al cabo de una semana del huracan, decenas de miles de personas, en su mayoria negros, latinos y pobres, estan hacinados en estadios malolientes, sin letrinas, sin alimentos, sin agua, aun en los aticos de sus casas inundadas, mientras bandas de desesperados armados campean por la ciudad fantasma y quizas miles de cadaveres se descomponen bajo las aguas o a vista y paciencia de los pobres que han sobrevivido. Los ni챰os y los ancianos, las mujeres, incapaces de evacuar la ciudad antes de la tragedia yacen junto a los cuerpos de los muertos, en una situacion de indescriptible dolor y desesperanza.

El Presidente Bush mira desde la ventanilla de su avion presidencial y asegura que miles de millones de dolares llegaran en ayuda, mientras rechaza la ayuda internacional que espera en los aeropuertos y mientras en  el propio suelo norteamericano sobran recursos y ayuda que no llega a los afectados.

Para quienes aun tienen dificultades para comprender la envergadura de esta tragedia, hay que se챰alar que , en terminos cuantitativos, sociales, emocionales y de largo alcance, esta situacion en los Estados Unidos es mucho peor que los ataques terroristas del Once de Septiembre. Aca estamos hablando de decenas de miles de personas que han perdido sus casas, su trabajo, su vida diaria, sus escuelas y universidades, sus entretenciones, sus amores, sus recuerdos, sus amigos y que enfrentan un futuro incierto en lugares desconocidos. Alguien puede imaginar el golpe emocional de los ni챰os enfrentados a la tragedia de padres y madres llorando, hacinados, el recuerdo de por vida de dias y dias junto a cadaveres malolientes, sobre una capa de basura y mierda?

Muchos diran que otros pueblos padecen eso y mas cada dia y tienen razon. Las tragedias son para todos quienes las sufren. El dolor es uno solo. No hay dolor para blancos ni dolor para negros, ni latinos, ni franceses, cuando mueren quemados en los ghettos de inmigrantes en Paris, la ciudad-luz.

Decir todo esto no es utilizar la tragedia para fines politicos ni politiqueros. Es solamente decir que llega un momento en la vida en que realmente se pierde la capacidad de asombro. La absoluta insensibilidad de Bush y su gobierno por los pobres y desamparados de su pais, nos dice muy claramente el caracter despiadado, ciego de afan de poder, de una clase de gentes que hasta ahora han dominado la escena politica mundial . La palabra solidaridad, que millones usan en el mundo para expresar su afan de ayuda, el deseo natural de los pueblos, del ser humano, de estar con los que sufren, es un concepto absolutamente desconocido para estos lideres politicos que, no solo en USA, gobiernan sus paises con el pensamiento en la gasolinera.

Analistas comparan la actitud de hoy de Bush con Neron tocando la lira mientras ardia Roma. No me atrevo a señalar que dicha comparacion sea la correcta. Pero si me atrevo a señalar que la situacion de Nueva Orleans cambiara profundamente la situacion politica interna de los Estados Unidos. La Historia es muy cruel y drastica con los gobernantes. Los lideres a veces se esfuerzan por pasar a la Historia con grandes hechos, conquistas, invasiones o simplemente por sus actos politicos muy planificados. Sin embargo, muy a su pesar, la Historia les recuerda por pequeños, insignificantes quizas para ellos, errores que marcan su periodo y arruinan su plan de posteridad. En Rusia, el presidente Putin quizas hace un gran papel; sin embargo la historia seguramente le recordara como el presidente que no suspendio sus vacaciones cuando un submarino lleno de tripulantes se hundio en el mar o que presidio la matanza de niños en una escuela de Beslan. En Chile Ricardo Lagos ha sido seguramente el mejor presidente de los tiempos modernos; mas, ya comienzan a pasarle la cuenta por haber indultado al militar asesino que degollo a un dirigente sindical. La Historia es cruel e implacable.

George W. Bush es el presidente americano que ha presidido las invasiones de Afganistan e Irak y que personifica el poder maximo del imperio norteamericano.  Hoy, mira desorientado por la ventanilla de un avion y no logra comprender la tragedia ni el dolor de su propio pueblo, el mismo pueblo que ha enviado a luchar y morir al otro lado del mundo por una causa disfrazada.

Estoy absolutamente convencido que los negros, los pobres de Lousiana y Missisipi, le pasaran una cuenta historica muy abultada a este Neron de nuestro tiempo que, a diferencia del romano, ni siquiera sabe tocar la lira.

 

 

 

 

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