jueves, 1 de septiembre de 2005

Misas diferentes.

Los a챰os no pasan en vano ni las cuentas quedan sin pagar. Han pasado muchos a챰os, pero recordamos muy vividamente como esta gente, por entonces cuando se consideraban due챰os y se챰ores del pais completo, asistian a la Catedral de Santiago solo por desairar con su actitud al cardenal chileno, para burlarse de la homilias por la democracia y los derechos humanos. O simplemente no asistian, rompiendo una tradicion centenaria de los mandatarios democraticos. En su lugar asistian a los Te deums que organizaban las iglesias evangelicas propinochetistas en una catedral que hicieron en la Alameda. Se burlaban de todo y de todos y la primera en hacerlo fue la dictadora, la emperatriz de los insensibles, la generala de los tenebrosos, esta Do챰a Lucia Hiriart que ahora lloriquea en una misa que le organizan los chupamedias del entorno.
Con lagrimas de cocodrilo declara que acepta solo la justicia de Dios. Si es asi, esta jodida, va derecho a la parrilla. Eso dice la justicia de su dios para los que mataron, vejaron, hicieron desaparecer y usufructuaron de los dolores ajenos, de la tragedia de todo un pais.
Ahora se hace la victima adolorida la anciana esta que por a챰os y a챰os mostro su despiadado odio por los que sufrian, los que tuvieron que irse, por los hijos que nacian afuera, por los viejos que morian afuera sin poder regresar, por los que morian adentro sin poder decir su dolor y su amargura por los hijos desterrados. Esta vieja Hiriart de Pinochet merece todos los dolores que dice sufrir y mucho mas.
Si ella cree en Dios, le espera algo peor de lo que hizo.
Los que no creemos en Dios, vemos con asombro e incredulidad como la Historia es mas justiciera que los hombres y como a veces la Historia nos entrega premios de consuelo y nos permite ver con nuestros propios ojos como los prepotentes criminales de ayer muerden hoy el polvo de su propia verguenza e ignominia.
Gracias a la vida por haberme permitido ver a estos reptiles rezando por la piedad que ellos no tuvieron.
Marcos Medalla

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