miércoles, 10 de enero de 2007

Por la boca muere Chavez.

Mas alla de las implicancias politicas que los epitetos entre los estadistas pueden tener en el ambito internacional, hay casos que causan risa al recordarlos, aunque muchas veces han sido motivo de crisis entre paises, tragedias personales y descredito permanente.
Muy a menudo los gobernantes autoritarios se dejan llevan por su mania de poder y emiten juicios de los cuales solo pueden arrepentirse cuando las consecuencias de sus palabras y acciones hacen tardia cualquier reaccion rectificadora.
Cuando Ronald Reagan aun no habia sido Presidente, se refirio a su correligionario Gerald Ford, aun tampoco Presidente, como “tan tonto, que no puede mascar chicle ni caminar al mismo tiempo”. Despues, ambos presidentes, jamas pudieron superar la barrera del insulto emitido. Hay palabras que no se olvidan ni gestos que jamas se perdonan.
Una vez el cartucho presidente chileno Jorge Alessandri, en su vuelo a Washington, hizo escala en el aeropuerto de Ecuador y recibido con atraso por el presidente ecuatoriano Arosemena, el cual, en total estado de ebriedad, saludo a su colega chileno con palmotazos y risas, acompaado de una dama que no era su esposa. Cuando Alessandri rechazo los “olores y honores” y volvio indignado a su avion, para Arosemena fue demasiado tarde. A los dias le dieron un golpe de estado por avergonzar la dignidad nacional.
Varias veces en la historia ha sucedido que los paises han triunfado en los campos de batalla, pero han perdido en el campo de las malas palabras, los insultos y los epitetos que no son olvidados.
Muchos celebraron cuando Chavez trato de ‘diablo” a Bush en la ONU. Pero lo cierto es que le costo caro a Venezuela. Perdio toda posibilidad de ser miembro del consejo de seguridad, cargo por el que venia luchando en todos los frentes diplomaticos.
Ahora Chavez vuelve al ruedo y trata de “Pendejo” al secretario general de la OEA. No cabe duda que a Insulza el epiteto no le causara mucho perjuicio. Pero las consecuencias para Chavez son impredecibles y posiblemente nefastas.
Demasiado tarde comprendera Chavez que, los pendejos no pueden estar en la boca de un Presidente, al menos en publico.

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