martes, 23 de noviembre de 2004

Ya no los hacen mas asi! (de tal temple)

Domingo 21 de noviembre de 2004
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Clotario Blest: a 105 a챰os de su natalicio, la historia de un luchador olvidado


Movilizador de masas

Fundador del MIR, de la CUT y la ANEF y la Agrupaci처n de Familiares de Detenidos Desaparecidos. El hombre de las largas barbas sigue siendo un 챠cono de la lucha pac챠fica en nuestro pa챠s. Olvidado por muchos, su legado cruza generaciones y se conecta con quienes hoy se encuentran encarcelados por protestar contra APEC o Bush. Incansable, este abuelito anarquista pele처 contra todos. Y de verdad.

Tamara Corales

De larga barba blanca. Mameluco azul, tranquilos ojos celestes. Cara de sabio y palabras directas. As챠 fue Clotario Blest Riffo en su tr찼nsito por el siglo XX. Tiempos en que el derecho a la salud, a la votaci처n transparente, a las horas de descanso y a la sindicalizaci처n eran temas que se peleaban a punta de protesta y marcha. Tiempos en que el sonido de las botas militares clavaron hondo en el porvenir de los trabajadores, momentos en que el 첬nico hombre que no quer챠a saber de tintes pol챠ticos, mientras todos cantaban himnos y elevaban banderas, era 챕l. Por lo mismo, Clotario debe ser de los pocos personajes capaces de unir el agua con el aceite.

En el Foro Social Chileno, evento marcadamente apolítico, se programó un homenaje a esta emblemática celebridad, mientras que en el podium del evento se reunían el alcalde democratacristiano, Pedro Isla, el ex mirista Pascal Allende, la investigadora Mónica Echeverría, el sociólogo agnóstico de la Universidad Católica Francisco Sabatini, el anarquista e historiador Oscar Ortiz y el franciscano Francisco Molina. Y la verdad es que el mejunje era bastante emotivo cuando decenas de dueñas de casas, dirigentes y trabajadores de la comuna de San Ramón, en la mismísima población La Bandera, llegaron a escuchar “quién era Clotario Blest”.

Para aquellos que nacieron despu챕s del 쨈70 o que derechamente no tienen idea de qui챕n estamos hablando, Don Clota parec챠a un perfecto hippie sacado de una pel챠cula de Jesucristo, representando a un ap처stol. Y en realidad pudo haberlo sido. Cuando cumpl챠a su mayor챠a de edad, sin hacer votos de abstinencia, renunci처 al matrimonio rompiendo su relaci처n sentimental con una hermosa joven cuando ambos eran miembros de la Uni처n de Centros de la Juventud Cat처lica. Ella se hizo monja y 챕l se consagr처 sin reservas a la causa social del cristianismo, lo que signific처 un largo camino de lucha por los m찼s despose챠dos.

Mónica Echeverría, amiga y biógrafa de Blest cuenta en Antihistoria de un luchador, que en el humilde living de su casa colgaban las fotos de Martin Luther King, Gandhi, Abate Pierre y Jesucristo. Este último el más revolucionario de todos los revolucionarios, según la visión de Blest. Por eso que el barbudo líder no era muy buen amigo con el Padre Alberto Hurtado. “Usted hace caridad”, le decía al próximo santo chileno.

Clotario Blest estuvo 18 veces preso en su vida, los que sumados linealmente significarían haber estado 3 años detenido. Siempre en el frente, encabezando movilizaciones con métodos no-violentos como la “Revolución de la Chaucha” - por el alza de los pasajes de la locomoción colectiva - la caída del represivo gobierno cívico-militar del presidente Gabriel González Videla en 1950, la gran huelga general del 7 de Julio del ‘55, movilizaciones de obreros, empleados y una serie de manifestaciones durante la dictadura militar. Su gran merito fue su capacidad de organizar y movilizar a las masas.

LAS LUCHAS DEL BARBA

En julio de 1934, Blest fue designado tesorero municipal de San Antonio, donde impuls처 grandes adelantos sociales. Viendo la imposibilidad de sindicalizarse que exist챠a entre los trabajadores del Estado, Clotario ide처 una estrategia para su uni처n a trav챕s del fomento del deporte. Entre campeonato y campeonato en canchas de tierra, crea la Asociaci처n Deportiva de Instituciones Publicas (ADIP) que nueve a챰os m찼s tarde se transformar챠a en la Agrupaci처n Nacional de Empleados Fiscales (ANEF).

A fines de la década del ‘40, y ante la grave crisis social y política del país y el quiebre de la Confederación de Trabajadores de Chile (CTCH) órgano de los trabajadores en ese entonces, Blest formó la Junta Nacional de Empleados de Chile (JUNECH), una especie de confederación de empleados públicos, privados y obreros, experiencia inédita en América Latina.

Una década después, y como resultado de la especulación económica, organizó el “Comando único contra las alzas y especulación”. Por esos años también pasa a ser el principal defensor de los derechos humanos al mando del “Comando por la libertad” y de la lucha contra el Pacto Militar con Estados Unidos.

Pero es en febrero de 1953 cuando Blest Riffo logra uno de sus mayores cometidos: crear la Central Única de Trabajadores (CUT), agrupación que logró reunir a todos los asalariados, tanto empleados como obreros de todas las ideologías políticas. La fuerza que adquiere el sindicalista lo lleva a la cárcel y al relegamiento por varios períodos.

Andrés Pascal Allende, ex secretario general del Mir y vicerrector Académico de la Universidad Arcis reconoció que “el maestro fue una columna fundamental en la creación del MIR. El ser revolucionario tiene que ver con un sentido de compromiso con el otro, eso esta en la capacidad de unir. Y Don Clota, uno de los grandes olvidados de este país, tenía esa facultad”.

Lo paradójico era que Clotario, quien movilizara Chile en los ´50, había nacido para influir pero nunca para ejercer el poder o el autoritarismo. De cada institución que creaba y que en el camino se hacía fuerte o poderosa, necesariamente, Blest terminaba automarginándose o virtualmente marginado. La explicación, según el historiador Oscar Ortiz, es que “él siempre mantuvo su independencia del Estado, el gobierno y los credos filosóficos, religiosos y políticos. Era un hombre sumamente pluralista”.

Cuando fue expulsado del Teatro Caupolicán en el congreso extraordinario de la CUT en 1961 recibió escupitajos y monedas. Y con gran pesar habría llegado a su casa con intenciones de suicidarse. El golpe había sido enorme. En su carta de renuncia expresó: “La unidad es la mejor arma de los trabajadores. No seré yo quien le ponga piedras y palitos en su camino a la clase trabajadora. En nombre de esa unidad renuncio a plantear ante ustedes los fundamentos de mi renuncia como presidente de la Central Única de Trabajadores”.

el GUARDIAN

Aunque se repuso a ese enorme dolor, nuevamente volvi처 a vivir la experiencia. Andr챕s Pascal Allende fue emplazado con la gran pregunta de la jornada en La Bandera: 쩔Por qu챕 el MIR expuls처 a Clotario Blest, siendo su fundador? Y el soci처logo aclar처 que fue 챕l quien se alej처 en diciembre de 1967. Verdad o no, en entrevista otorgada a la revista Que Pasa en mayo de 1973, en pleno gobierno de la Unidad Popular, Clotario Blest esboza una respuesta a esta interrogante.

“Los partidos políticos son estrechos y dogmáticos en sus apreciaciones. Además, a sus dirigentes sólo sus militantes les sirven cuando lo utilizan para después echarlo hacia un lado. Igualmente azuzan a pelear a los jóvenes a la calle en un gesto de inconciencia extrema. Que salgan ellos, pues, sus dirigentes máximos a la calle, como lo hacíamos nosotros los sindicalistas, arriesgando nuestros propios pellejos”.

Durante los recientes actos de conmemoraci처n de su natalicio tambi챕n se record처 que durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva, Don Clota cre처 junto a un grupo de estudiantes, obrero y profesionales el Comit챕 de Defensa de los Derechos Humanos (CODEH) con el fin de denunciar y sensibilizar a la opini처n publica, por la acci처n no violenta, la represi처n desatada contra los ciudadanos. Es que Blest, seg첬n Ortiz, ya ve챠a c처mo el Estado comenzaba a militarizarse a trav챕s de sus acciones. Fue un presagio de lo que vendr챠a.

Con la dictadura todas las fuerzas oprimidas comenzaron a unirse. Y como era de esperar, Clotario Blest tom처 la batuta con un peque챰o grupo de personas cuando hab챠a m찼s miedos que compromisos. En su casa cre처 la Agrupaci처n de Detenidos Desaparecidos en 1974. Cinco a챰os despu챕s se encaden처 a las rejas del edificio del ex Congreso Nacional, y encabez처 la romer챠a a las v챠ctimas de los hornos de Lonqu챕n y para continuar su acci처n sindical, organiz처 las primeras manifestaciones callejeras antipinochetistas los primeros d챠as de mayo de los a챰os 77, 78 y 79.

Según la historiadora Mónica Echeverría, “Clotario observó cómo a principios de los ‘80 los partidos y sus personeros comenzaron a rearticularse en pos de terminar con la dictadura, pero negociadamente”. Por estos motivos, siendo consecuente con su compromiso espiritual y moral, el sindicalista se sustrajo al proceso plebiscitario del año ’88 y llamó a no inscribirse.

Blest que había prometido cortarse su larga y frondosa barba cuando Pinochet cayera, en un emblemático gesto -cuando asumió Aylwin- sólo le pidió a su barbero que la recortara. “Hasta por aquí no más” le dijo mostrando solo las puntas.

Este hecho ocurri처 dos meses antes de su muerte, cuando muy pobre, marginado y solo dejo de existir el 31 de mayo de 1990. Las exequias oficiales programadas para las 16 horas no pudieron realizarse, pues un grupo de personas -entre pobladores, familiares de victimas de derechos humanos, presos pol챠ticos y sindicalistas- secuestraron el ata첬d y fueron a enterrarlo al Cementerio General, con antorchas, a las nueve de la noche. All챠 se escucharon descargas de armas ligeras, llantos, aplausos, gritos y las oraciones del padre Mariano Puga, quien le dedic처 una especial plegaria al personaje m찼s olvidado por la historia oficial de este pa챠s.

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