| Ésta es una modesta contribución a la guerra del Bien contra el Mal. El autor aporta algunos identikits que nos ayudan a identificar los diversos rostros del Príncipe de las Tinieblas. En esta muestra sólo figuran los demonios de más larga duración, que desde hace siglos o milenios siguen activos en el mundo. |
El Diablo es musulm찼n
Ya el Dante sab챠a que Mahoma era terrorista. Por algo lo ubic처 en uno de los c챠rculos del infierno, condenado a pena de taladro perpetuo. "Lo v챠 rajado", celebr처 el poeta en La divina comedia, "desde la barba hasta la parte inferior del vientre…"M찼s de un Papa hab챠a comprobado que las hordas musulmanas, que atormentaban a la Cristiandad, no estaban formadas por seres de carne y hueso, sino que eran un gran ej챕rcito de demonios que m찼s crec챠a cuanto m찼s sufr챠a los golpes de las lanzas, las espadas y los arcabuces.
En tiempos actuales, los misiles fabrican muchos m찼s enemigos que los enemigos que destripan. Pero, 쩔qu챕 ser챠a de Dios, al fin y al cabo, sin enemigos? El miedo manda, las guerras comen miedo. La experiencia prueba que la amenaza del infierno es siempre m찼s eficaz que la promesa del Cielo. Bienvenidos sean los enemigos. En la Edad Media, cada vez que tambaleaba el trono, por bancarrota o furia popular, los reyes cristianos denunciaban el peligro musulm찼n, desataban el p찼nico, lanzaban una nueva Cruzada y santo remedio. Ahora, hace un ratito nom찼s, George W. Bush ha sido reelecto presidente del planeta gracias a la oportuna aparici처n de Bin Laden, el Sat찼n mayor del reino, que en v챠speras de la elecci처n anunci처, desde la tele, que iba a comerse a todos los ni챰os crudos.
All찼 por el a챰o 1564, el demon처logo Johann Wier hab챠a contado los diablos que estaban trabajando en la tierra, a tiempo completo, por la perdici처n de las almas cristianas. Hab챠a siete millones cuatrocientos nueve mil ciento veintisiete, que actuaban divididos en setenta y nueve legiones.
Muchas aguas hirvientes han pasado, desde aquel censo, bajo los puentes del infierno. 쩔Cu찼ntos suman, hoy d챠a, los enviados del reino de las tinieblas? Las artes de teatro dificultan el conteo. Estos enga챰eros siguen usando turbantes, para ocultar sus cuernos, y largas t첬nicas tapan sus colas de drag처n, sus alas de murci챕lago y la bomba que llevan bajo el brazo.
El Diablo es jud챠o
Hitler no invent처 nada. Desde hace dos mil a챰os, los jud챠os son los imperdonables asesinos de Jes첬s y los culpables de todas las culpas.
쩔C처mo? 쩔Que Jes첬s era jud챠o? 쩔Y jud챠os eran tambi챕n los doce ap처stoles y los cuatro evangelistas? 쩔C처mo dice? No puede ser. Las verdades reveladas est찼n m찼s all찼 de la duda y no exigen m찼s evidencia que su propia existencia. Las cosas son como se dice que son, y se dice porque se sabe: en las sinagogas el Diablo dicta clase, y los jud챠os est찼n desde siempre dedicados a profanar hostias y a envenenar aguas benditas. Por ellos han ocurrido las bancarrotas econ처micas, las crisis financieras y las derrotas militares; son ellos quienes han tra챠do la fiebre amarilla y la peste negra y todas las pestes.
Inglaterra los expuls처, sin dejar ni uno, en el a챰o 1290, pero eso no impidi처 que Chaucer, Marlowe y Shakespeare, que nunca hab챠an visto un jud챠o, fueran obedientes a la caricatura tradicional y reprodujeran personajes jud챠os seg첬n el molde satan챠simo del par찼sito chupasangre y el avaro usurero.
Acusados de servir al Maligno, estos malditos anduvieron los siglos de expulsi처n en expulsi처n y de matanza en matanza. Despu챕s de Inglaterra, fueron sucesivamente echados de Francia, Austria, Espa챰a, Portugal y numerosas ciudades suizas, alemanas e italianas. Los reyes cat처licos, Isabel y Fernando, expulsaron a los jud챠os, y tambi챕n a los musulmanes, porque ensuciaban la sangre. Los jud챠os hab챠an vivido en Espa챰a durante trece siglos. Se llevaron las llaves de sus casas. Hay quienes las tienen todav챠a. Nunca m찼s volvieron.
La colosal carnicer챠a organizada por Hitler culmin처 una larga historia de persecuci처n y humillaci처n. La caza de jud챠os ha sido siempre un deporte europeo. Ahora los palestinos, que jam찼s lo practicaron, pagan la cuenta.
El Diablo es mujer
El libro Malleus Maleficarum, tambi챕n llamado El martillo de las brujas, recomendaba el m찼s despiadado exorcismo contra el demonio que lleva tetas y pelo largo. Dos inquisidores alemanes, Heinrich Kramer y Jakob Sprenger, lo escribieron, por encargo del Papa Inocencio VIII, para hacer frente a las conspiraciones demon챠acas contra la Cristiandad. Se public처 por primera vez en 1486, y hasta fines del siglo dieciocho fue el fundamento jur챠dico y teol처gico de los tribunales de la Inquisici처n en varios pa챠ses.
Los autores sosten챠an que las brujas, har챕n de Sat찼n, representaban a las mujeres en estado natural: "Toda brujer챠a proviene de la lujuria carnal, que en las mujeres es insaciable." Y demostraban que "esos seres de aspecto bello, contacto f챕tido y mortal compa챰챠a" encantaban a los hombres y los atra챠an, silbidos de serpiente, colas de escorpi처n, para aniquilarlos. Y advert챠an a los incautos, citando a la Biblia: "La mujer es m찼s amarga que la muerte. Es una trampa. Su coraz처n, una red, y cadenas sus brazos."
Este tratado de Criminolog챠a, que envi처 a miles de mujeres a las piras de la Inquisici처n, aconsejaba someter a tormento a todas las sospechosas de brujer챠a. Si confesaban, merec챠an el fuego. Si no confesaban, tambi챕n, porque s처lo una bruja, fortalecida por su amante el Diablo en los aquelarres, pod챠a resistir semejante suplicio sin soltar la lengua.
El Papa Honorio III hab챠a sentenciado que el sacerdocio era cosa de machos:
- Las mujeres no deben hablar. Sus labios llevan el estigma de Eva, que perdi처 a los hombres. Ocho siglos despu챕s, la Iglesia cat처lica sigue negando el p첬lpito a las hijas de Eva.
El mismo p찼nico hace que los fundamentalistas musulmanes les mutilen el sexo y les tapen la cara. Y el alivio por el peligro conjurado mueve a los jud챠os muy ortodoxos a empezar el d챠a susurrando:
- Gracias, Se챰or, por no haberme hecho mujer.
El Diablo es homosexual
Desde 1446, los homosexuales marchaban a la hoguera en Portugal. Desde 1497, los quemaban vivos en Espa챰a. El fuego era el destino que merec챠an estos hijos del infierno, que del fuego ven챠an. En Am챕rica, en cambio, los conquistadores prefer챠an arrojarlos a los perros. Vasco N첬챰ez de Balboa, que a muchos emperr처, cre챠a que la homosexualidad era contagiosa. Cinco siglos despu챕s, escuch챕 decir lo mismo al arzobispo de Montevideo.
Cuando los conquistadores asomaron en el horizonte, s처lo los aztecas y los incas, en sus imperios teocr찼ticos, castigaban la homosexualidad -y con pena de muerte. Los dem찼s americanos la toleraban, y en algunos lugares la celebraban, sin prohibici처n ni castigo.
Esta provocaci처n insoportable deb챠a desatar la c처lera divina. Desde el punto de vista de los invasores, la viruela, el sarampi처n y la gripe, pestes desconocidas que mataban indios como moscas, no ven챠an de Europa sino del Cielo. As챠 Dios castigaba el libertinaje de los indios, que practicaban la anormalidad con toda naturalidad. Ni en Europa, ni en Am챕rica, ni en ning첬n lugar del mundo se ha llevado la cuenta de los muchos homosexuales condenados al suplicio o a la muerte por el delito de ser. Nada sabemos de los tiempos lejanos, y poco o nada sabemos del ahora nom찼s.
En la Alemania nazi, estos "degenerados culpables de aberrante delito contra la naturaleza" estaban obligados a portar un tri찼ngulo rosado. 쩔Cu찼ntos fueron a parar a los campos de concentraci처n? 쩔Cu찼ntos murieron all챠? 쩔Diez mil, cincuenta mil? Nunca se supo. Nadie los cont처, casi nadie los mencion처. Tampoco se supo nunca cu찼ntos fueron los gitanos exterminados.
El 18 de setiembre del a챰o 2001, el gobierno alem찼n y los bancos suizos resolvieron "rectificar la exclusi처n de los homosexuales entre las v챠ctimas del Holocausto". M찼s de medio siglo demoraron en corregir la omisi처n. A partir de esa fecha, pudieron reclamar indemnizaci처n los homosexuales que hab챠an sobrevivido en Auschwitz y otros campos, si es que alguno quedaba todav챠a vivo.
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